Rompiendo Las Olas

7 mayo, 2008

Escribo mi primera noticia, en la que es probablemente la mejor página de la telaraña de redes, para decir que desde hoy voy a romper con una conducta tabú que lleva sacudiendo a la sociedad que conozco desde que tengo uso de razón, que la sacudió en el pasado, y que seguramente la seguirá sacudiendo en el futuro. Digamos que una conducta tabú es aquella conducta que está prohibida por una sociedad, un grupo o una religión. Bien, yo, para poder llamarlo conducta tabú, extenderé un poco lo de prohibida, y diré que nunca, nunca JAMÁS (alguna excepción habrá) se hace:

CAMINAR POR LA CALLE AL MISMO RITMO QUE UNA PERSONA DESCONOCIDA

Ya lo he dicho.
Me ahorraré el comentario mordaz en el que me entristezco seriamente sobre la actitud humana general, en la que estoy bien incluido, y formularé unas preguntas:

¿Por qué si dos caminantes desconocidos el uno del otro, ciudadanos del mundo ciber-libre, coinciden caminando por la calle, uno siempre rebaja el ritmo o el otro lo aumenta para no ir al lado el uno del otro?
¿Van a molestarse el uno al otro por ir de manera paralela?
¿Necesitan que se sepa que no son amigos?
¿Qué es mejor, desacelerar para ir detrás y tener al contrincante en el campo visual, o ir delante y olvidarte por completo mientras mantienes tu nueva marcha, a pesar de ir ya con la lengua fuera?

Lo que quiero es la opinión de los lectores, su teoría, y que de paso, me inciten a pensar más en ello mientras da comienzo mi nueva vida en la que caminaré al lado de desconocidos (¡Qué barbaridad!), una nueva vida en la que romperé este oleaje nunca establecido, pero concienzudamente siempre seguido. Porque este es un FALSO TABÚ, nunca nos lo prohibieron, pero siempre lo seguimos a rajatabla. ¿Por qué cuantos más somos, menos somos?

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